sábado, 8 de noviembre de 2008

Nonada


                                                                  
         A Ramà, se sent una veu, un plor i un clam interminable!
És Raquel que plora els seus fills, i no en vol ser consolada,
perquè ja no hi són (Jr 31, 15)

Desapercebuda pels Pirineus
tota ufana i elegant, indolora
la Torre de la mort i dels adéus
ens convida, dels pecats rentadora

Saps si ploren les mares dessagnades?
Per què somriuen els pares covards?
Infàmia de vides degenerades
les nostres, pares i mares bastards

Víctimes callades no us resistiu,
la fi us anuncien per megafonia
serà un metge qui us prengui del niu
interrompent-vos, ja no veureu el dia

Migdia blau de tardor d’un dissabte,
plàcida devesa on els nens juguen
hi era la mare que perdó recapta
a qui? llàgrimes que la gola nuguen...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El (buen) humor de Rembrandt

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Excurso sobre la Exposición "Rembrandt Pintor de Historias": una gran exposición, la del Prado, faltan algunos cuadros míticos (como “El Regreso del Hijo Pródigo), pero los que hay son bien representativos. Admira el que las “Historias” en realidad no sean más que Historia Sagrada. ¡Qué gran sensibilidad tiene el holandés para lo divino! En cada cuadro aprehende a la naturaleza, la naturaleza del hombre, dispuesta a recibir o rechazar la gracia que viene de lo Alto. Hasta crucificarle, o mecerle, como María. O sorprenderse con San Pedro. Quien pueda que vaya.
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domingo, 2 de noviembre de 2008

Des del cementiri de Sant Pol


Morta és ja la que tant he amat
mas io son viu, veent ella morir
(Ausias March, Sisè cant de mort)
***
Autumnal nuvolada
que del migjorn avances
per la mar esbravada
les macabres danses.
Aigua marina plou
i ens mulla son bateig ,
que ens pregunta: on sou
difunts nostres? no us veig!

Presència dels avis
que la mort s’empassà,
esperant el demà
es clogueren els llavis
d’una terra humida.
Allà sota els xiprers,
la veu ens ha sorprès
d’un esperit que crida:

- Aigua del cel ens rega
en un poble més gran
poble de vius que prega
pels néts que moriran,
a les arrels torneu
de la mateixa soca
a un arbre, a una Creu,
que esberlarà la roca.

(En record de l’avi Mariano, q.a.c.s.)

sábado, 1 de noviembre de 2008

Todos los Santos. Primer aniversario


Después de la fría tarde de un auténtico otoño que había bañado la tierra con abundancia de lágrimas para olvidar, vino la noche. Húmeda, aunque sin lluvia, pero siempre oscura. Ausente la luna y de estrellas, quedaba iluminada por aquellas aburridas farolas sin luz propia que el Ayuntamiento de turno había plantado incontables en cada calle de la ciudad artificial.

Volvía a mi casa con paso decidido. Me quedaban quinientos metros para alcanzar mi portal. En cuanto antes llegue, pensé, mejor. Pero de pronto me crucé con un grupo de chicas disfrazadas de demonios, o tal vez demonios disfrazados de chicas. Temblé por un momento, pero con un conato de exorcismo mariano, seguí mi camino. Algo más adelante una horrible muñequita se desparramaba inmóvil - muerta - por el suelo mojado. ¿Qué niña había sido tan cruel abandonándola así? No sería yo quien la iba a recoger impresionado. Proseguí. A mi derecha quedaron también dos vagabundos sin-techo echados en su cama improvisada en el umbral de una zapatería. No es improbable que el día de mañana les tenga que acompañar, en estos tiempos de crisis. Mañana se solidarizarán conmigo, aún cuando esta noche yo, gran señor, pase de largo. Casi choqué con un anciano que andaba en dirección contraria mirando sólo por donde pisaba. Poco después una solitaria muchacha china hacía fotos. ¿A quién?¿Por qué?¿A estas horas? ¡Si la cámara no tenía ni flash! Justo antes de llegar al portal, de nuevo me topé con un par de féminas demoníacas y tres nigromantes salidos de un cuento de brujas. Eso era demasiado, me dije. Ya iba a pronunciar aquello de “vade retro satana”, pero me acordé que es que precisamente una gran parte de la ciudad sin Dios en la que vivo está celebrando Halloween, de ahí lo grotesco de tanta parafernalia de tienda de todo a cien, tridentes y cuernos rossoneris y las botellas de alcohol que les acompañaban en su orgía nocturna. Entré en mi portal y cerré la puerta.

En efecto, todo tiene su explicación. El día siguiente va a ser Todos los Santos, la fiesta de la humanidad, nuestra fiesta, puesto que todos estamos llamados a la santidad. Esta noche, más que a Lucíferos, brujos y bestias de la ultratumba, debería encontrarme por la calle y saludar a los ángeles y a los santos. ¡Mira si hay santos para emular y de los que disfrazarse! Será que la santidad no es divertida...

Por la mañana volverá a aparecer el sol, y aunque no luzca, Él siempre resplandecerá por encima de las nubes, por muy densas que sean. Todos los santos del Cielo, interceded por esta tierra, ¡interceded por nosotros!
There were roses...

***
En otro orden de cosas, este blog hoy está de aniversario, cumple su primer año. Ello, por sí mismo, no debería ser reseñable. Ahora bien, el tiempo es la medida en la que existimos, y en la que nos comunicamos. Somos, por ahora, temporales. Aunque de existir, sólo existe el presente, puesto que el presente es la confluencia de lo pasado. El futuro, ahí está: a la vuelta de la esquina o antes incluso, pero para nosotros, los humanos, no “existe”. Pero hablando de pasado desde el presente, conviene recordar que el pasado es presente en tanto que memoria (“memoria presente del pasado”). Memoria de lo que en su momento fue presente. En el caso de este blog, memoria escrita. Escrita en forma de blog. Hasta que no se suprima. Ello nos lleva a la limitación del tiempo. El universo está tasado, temporalmente hablando. Con independencia de lo anterior, también mi existencia “terrena” está limitada por el tiempo. Algún día moriré, está es mi primera certeza. Desconozco cuándo, pero otra certeza es que non omnia moriar y de “mi” tiempo dependerá mi eternidad, eternidad para la felicidad. Sin prejuzgar la inmensidad de la Misericordia de Dios, precisamente en consideración de dicha Misericordia, el tiempo que se me ha dado es finito. Es importante reconocerlo, al menos. Y reconocer que el tiempo se me escapa, que lo pierdo. Lo pierdo quizá dedicándolo a este personal foro.
En Razón de este blog me proponía hace un año unas reglas y un fin bastante elevado. ¿He sido fiel? ¡Lejos de mi los autoanálisis o las autocríticas! No voy a suprimir a esa mi criatura, de momento. Pero, no están de menos algunas preguntas: ¿A qué obedece este blog?¿A la vanagloria? Quizá, aunque de poco me pueda envanecer... ¿O a lo mejor responde al celo por la gloria de Aquél que todo lo mueve? Ojalá...

Pretendí entonces (hace un año) expresar con lo que ha resultado este esfuerzo, estas largas horas de paritorio, esta búsqueda de inspiraciones por doquier, esta creación (que no deja ser “mi” blog), como respuesta a un amor. Al Amor. ¿Amor a quién? ¿Amor sui o Amor Dei? No lo sé, cada día me siento más pesado, más estático, resistente al bien, anhelando volar. ¿Ha sido una huída este blog?¿Adónde?

Quería dar testimonio del Cielo. Sin embargo, flaco y aburrido ha sido el testimonio de mis propias miserias... ¿Qué se esperaban los últimos lectores de este blog? Suya es la obligación de discernir y distinguir entre lo que es cosecha propia del autor y lo que ya no lo es. Y, porqué no, ¡qué agradezcan al Autor del Universo por lo que realmente vale! Alaben y den gracias por Su Misericordia, providencia que nos mantiene, que – fíjense – mantiene la libertad de los que escriben como de los que quieren o no quieren seguir leyendo estas líneas.

Coinciden estas fechas con el hecho que terminado el Purgatorio, emprendo la lectura del Paradiso. Bueña compañía la de Dante, mi Virgilio, por la bitácora. Por ello, con él, empezando de nuevo, repito:
La gloria di Colui che tutto move
per l’universo penetra, e risplende
in un parte più e meno altrove”.
Algún día, gracias a Dios, terminaremos nuestros quehaceres más o menos útiles o inútiles. Así esperó Ella y me enseña. “Quinci rivolse inver’ lo cielo il viso”.

domingo, 19 de octubre de 2008

Evocatio


Carrer Abat Deàs
hi sèiem al llindar de la parròquia
esperant la catequesis, tots dos
- d’això ja fa massa anys.
Jocs de nens, audàcia d’il·lusions,
ànimes pures, l’amistat i sols
davant la Seva glòria

Del dissabte el matí
secrets que m’explicaves confident
de la teva escola gironina
- que no era per a mi -
diàleg que sempre recordaria:
d’ençà no ens ha coincidit mai la vida,
nosaltres fills de Déu

No podré oblidar-te
postal de ma memòria santpolenca.
En color, fotografia casual
avui t’he retrobada.

Oferir-te-la vull, si a Jesús plau,
amb nostàlgia, sentir d’un cor de carn
que tingué sa infantesa

viernes, 17 de octubre de 2008

Trop petite


Bona nit i altres dones
llums i crits de la nit freda
qui escriu les hostils noves
d’una mar que no s’ofega?

Si tremola la paraula
d’unes línees mal escrites...
Incompreses, sense pauta:
papers per a fer-ne miques

Sofriment, paors i planys
eixorden la greu salmòdia
d’un esperit inconstant
que buscà la pròpia glòria

Ja ha perdut les claus de casa :
benvinguda la misèria
practica’n la davallada
del present penitència
***
Petitesa, res no tens
poca cosa, volaràs
com fulla que aixeca el vent
camí del cel anhelat

Cor que estima
joiós reposa
(16.10.2008)

jueves, 9 de octubre de 2008

Science de l'Amour

'Considérant le corps mystique de l’Eglise, je ne m’étais reconnue dans aucun des membres décrits par Saint Paul, ou plutôt je voulais me reconnaître en tous… La Charité me donna la clef de ma vocation. Je compris que si l’Eglise avait un corps, composé de différents membres, 1Co 13,1-3 le plus nécessaire, le plus noble de tous ne lui manquait pas, je compris que l’Église avait un Cœur, et que ce Cœur était BRULANT d’AMOUR. Je compris que l’Amour seul faisait agir les membres de l’Eglise, que si l’Amour venait à s’éteindre, les Apôtres n’annonceraient plus l’Evangile, les Martyrs refuseraient de verser leur sang… Je compris que l’AMOUR RENFERMAIT TOUTES LES VOCATIONS, QUE L’AMOUR ETAIT TOUT, QU’IL EMBRASSAIT TOUS LES TEMPS ET TOUS LES LIEUX … EN UN MOT, QU’IL EST ETERNEL !…

Alors, dans l’excès de ma joie délirante, je me suis écriée : O Jésus, mon Amour… ma vocation, enfin je l’ai trouvée, MA VOCATION, C’EST L’AMOUR !… Oui j’ai trouvé ma place dans l’Eglise et cette place, ô mon Dieu, c’est vous qui me l’avez donnée… dans le Cœur de l’Eglise, ma Mère, je serai l’AMOUR… ainsi je serai tout… ainsi mon rêve sera réalisé !… (...) je me suis présentée devant les Anges et les Saints, et je leur ai dit : « Je suis la plus petite des créatures, je connais ma misère et ma faiblesse (...) ô Bienheureux habitants du Ciel, je vous supplie de M’ADOPTER POUR ENFANT, à vous seuls sera la gloire que vous me ferez acquérir mais daignez exaucer ma prière, elle est téméraire, je le sais, cependant j’ose vous demander de m’obtenir : VOTRE DOUBLE AMOUR (...). Je suis l’Enfant de l’Eglise, et l’Eglise est Reine puisqu’elle est ton épouse, ô Divin Roi des Rois… Ce ne sont pas les richesses et la Gloire, (même la Gloire du Ciel) que réclame le cœur du petit enfant… La gloire, il comprend qu’elle appartient de droit à ses Frères, les Anges et les Saints… Sa gloire à lui sera le reflet de celle qui jaillira du front de sa Mère. Ce qu’il demande c’est l’Amour… Il ne sait plus qu’une chose, t’aimer, ô Jésus… (...). Mais comment témoignera-t-il son Amour, puisque l’Amour se prouve par les œuvres ? (...). Je n’ai d’autre moyen de te prouver mon amour, que de jeter des fleurs, c’est-à-dire de ne laisser échapper aucun petit sacrifice, aucun regard, [4v°] aucune parole, de profiter de toutes les plus petites choses et de les faire par amour… (...) je chanterai, même lorsqu’il me faudra cueillir mes fleurs au milieu des épines et mon chant sera d’autant plus mélodieux que les épines seront longues et piquantes (...). O mon Jésus ! je t’aime, j’aime l’Eglise ma Mère, je me souviens que : « Le plus petit mouvement de PUR AMOUR lui est plus utile que toutes les autres œuvres réunies ensemble » mais le PUR AMOUR est-il bien dans mon cœur… (...). Enfin ne pouvant planer comme les aigles, le pauvre petit oiseau s’occupe encore des bagatelles de la terre.'

Manuscrit B, Lettre à Soeur Marie du Sacré-Coeur
Sainte Thérèse de l’Enfant Jésus, Manuscrits autobiographiques, Ed. du Seuil, Paris 2006, pp. 226-231.