La puesta del sol, que se esconde entre los montes y las grises nubes, enrojece dorado el horizonte en un adiós hasta mañana. Con las nubes se forma un vestido, la mujer vestida de sol y de luna. María, de noche y día Madre, la Polorum Regina (que no sólo de Polonia...).
En esta tarde primaveral, saliendo de misa y sentado bucólicamente en un banco del parque que tengo delante de mi casa me he quedado leyendo “the Ball and the Cross” de G.K. Chesterton. Sólo lo estoy empezando, pero me ha sorprendido su segundo capítulo. Que conste que Chesterton en 1905 no era católico ni tenia obligación alguna de ser un defensor de la virginidad de María mediante Evan MacIan:
“I will fight him [Mr. Turnbull, the atheist, because he blasphemed Our Lady] (...). I will fight him as our fathers fought (...) If he had said of my mother what he said of the Mother of God, there is not a club of clean men in Europe that would deny my right to call him out. If he had said it of my wife, you English would yourselves have pardoned me for beating him like a dog in the market place. Your worship, I have no mother; I have no wife. I have only that which the poor have equally with the rich; which the lonely have equally with the man of friends...”.
En Montserrat tal vez nadie se batió en duelo por la virginidad de María, pero sí la honraban agradecidos los peregrinos al llegar, bailando en rondalla mientras cantaban:
Polorum regina omnium nostra.
Stella matutina dele scelera.
Ante partum virgo Deo gravida
Semper permansisti inviolata.
Et in partu virgo Deo fecunda
Semper permansisti inviolata.
Et post partum virgo mater enixa
Semper permansisti inviolata.
(Llibre Vermell de Montserrat, quería pasar el enlace de youtube de la canción, pero no viene. Si algún lector lo encuentra, se lo agradeceré, porque la cántiga es preciosa)
Cayó la noche. Rosa d’abril, il·lumineu la catalana terra.
En esta tarde primaveral, saliendo de misa y sentado bucólicamente en un banco del parque que tengo delante de mi casa me he quedado leyendo “the Ball and the Cross” de G.K. Chesterton. Sólo lo estoy empezando, pero me ha sorprendido su segundo capítulo. Que conste que Chesterton en 1905 no era católico ni tenia obligación alguna de ser un defensor de la virginidad de María mediante Evan MacIan:
“I will fight him [Mr. Turnbull, the atheist, because he blasphemed Our Lady] (...). I will fight him as our fathers fought (...) If he had said of my mother what he said of the Mother of God, there is not a club of clean men in Europe that would deny my right to call him out. If he had said it of my wife, you English would yourselves have pardoned me for beating him like a dog in the market place. Your worship, I have no mother; I have no wife. I have only that which the poor have equally with the rich; which the lonely have equally with the man of friends...”.
En Montserrat tal vez nadie se batió en duelo por la virginidad de María, pero sí la honraban agradecidos los peregrinos al llegar, bailando en rondalla mientras cantaban:
Polorum regina omnium nostra.
Stella matutina dele scelera.
Ante partum virgo Deo gravida
Semper permansisti inviolata.
Et in partu virgo Deo fecunda
Semper permansisti inviolata.
Et post partum virgo mater enixa
Semper permansisti inviolata.
(Llibre Vermell de Montserrat, quería pasar el enlace de youtube de la canción, pero no viene. Si algún lector lo encuentra, se lo agradeceré, porque la cántiga es preciosa)
Cayó la noche. Rosa d’abril, il·lumineu la catalana terra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario