lunes, 1 de diciembre de 2008

Entre Vigo y Oporto


Gracias a mis hermanas (una de ellas está de Erasmus en Vigo, sic), este fin de semana he tenido la oportunidad de hacer una brevísima escapada a Vigo y a Oporto.

Como la visita ha sido fugaz, breves y parciales han de ser mis observaciones sobre las dos ciudades:

Vigo es triste y gris, aunque tenga delante al mar; o precisamente porque el mar es gris en aquellas latitudes, Vigo se refleja gris. Bien es verdad que el “finde” ha sido pasado por agua, pero hay ciudades que con la lluvia reviven y es en la humedad de las calles donde radica su encanto. Quizá Vigo bañado por el sol es otro. Si lo veo, cambiaré de opinión.

Además, Vigo es una ciudad portuaria, pero de puerto oscuro, de mercaderías; de gente transeúnte con intereses opacos. De marino recalificado, melancólico por naturaleza, pero que ahora sólo bebe para olvidar aguas más profundas. O que hace beber hasta ahogarse. Sí, no sé qué prestigio pudo tener la “Movida de Vigo” a parte de haber castrado la vida a millares de jóvenes. De hecho, tuvimos un pequeño accidente con el coche de alquiler en un semáforo, de ahí mi mala impresión... Por ello, y antes de que Vigo resucite algún día, recquiescat in pacem!

Oporto, en cambio, a pesar de su dejadez, tiene vida. Mucha vida, como la de unos gatos centinelas que recorren los tejados medio hundidos de las casas más pobres. La vida que cruza por los puentes sobre el Duero. Vidas de santos que relucen en los azulejos albicelestes de las fachadas de sus iglesias. O la vida más animal de unas gaviotas hambrientas que se pelean con las palomas por unas migajas de pan. La vida de unas sardinas asadas o un bacalao bien servido. Vida porteña que se exporta desde las bodegas de Vilanova de Gaia a todo el mundo, incluso hasta Brideshead:

and it was during those tranquil evenings with Sebastian that I first made a serious acquaintance with wine and sowed the seed of that rich harvest which was to be my stay in many barren years...”.

La gente vive en Oporto. Hay tunas y estudiantes que le cantan a la vida que se casa en Se Catedral, con independencia de la tarde lluviosa y fría de finales de noviembre.

¿Por qué esta diferencia entre ciudades hermanas situadas a menos de 200 quilómetros de distancia?

El sábado por la mañana fui a misa a la parroquia de Santiago el Mayor de Vigo, una iglesia neogótica muy oscura del centro de Oporto. Era prácticamente el único joven que asistía a la celebración. El resto de la feligresía pasaba de los 65 y sobretodo era gente anciana de espíritu, amargada, faltada de alegría, decaída. Esta fue mi sensación, claro, no puedo juzgarles, a lo mejor se hallan en medio de la noche oscura, antepuertas de la séptima morada. Por el contrario, la eucaristía dominical en la iglesia de Santa Caterina de Oporto, aunque también se echaban de menos a los jóvenes, tenía mucha más alegría y esperanza, tan propias del Adviento que comenzamos. Así lo demostraban las potentes y melodiosas voces de las señoras mayores, que no fijan su esperanza en cálculos humanos sino en el Redentor:

Senhor, eu amo Te
Senhor, eu creio Te
Tu é nosso Senhor!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Miquel,

he leído con mucha atención tu escrito sobre Vigo. También leo con interés otros escritos tuyos; pero éste, de forma especial, porque yo también he estado este fin de semana allí, han sido para mí días difíciles (por diversos motivos), y también he estado en medio de la misma lluvia y el mismo cielo gris.

No soy de allí, pero he vivido allí un tiempo, y ahora vuelvo de vez en cuando.

Pero en medio de toda la tristeza que tenga Vigo (que yo, personalmente, no puedo negarlo), me gustaría hablarte un poquito de un grupo católico que conocí allí y que, en su día, me ayudaron a ver la vida allí un poquito con otros ojos.
Es el "Grupo de San Miguel Arcángel" (mira, se llman como tú). Son en su grandísima mayoría gente joven, aunque tiene cabida para todo el mundo. Y empezaron siendo muy pocos, pero ahora el grupo debe haber crecido un montón.
Es un grupo nuevo (creo que están ahora ocupados del tema de los Estatutos en Roma, porque se está constituyendo como movimiento católico en toda regla). Pocas veces he visto como en ellos esa fuerza al hablar de Dios, esa convicción, esa alegría. Te aseguro que sorprenden a cualquiera. Y son verdaderos testimonios andantes: te lo digo porque he conocido a personas que en verdad han salido del hoyo al servirse Dios de este grupo como instrumento. Cuando hablo del hoyo, me refiero no solo a vidas más o menos despistadas y frivolillas, sino que hablo del alcohol, de la droga... y ahora los ves allí, padres de familia de quitarse el sombrero ante ellos... y te dices, "bueno, tan mal, tan mal, no estará la cosa en Galicia si da frutos como éstos..."
Este grupo se formó hace algunos años. Dos o tres chicos del grupo están ahora en el seminario, preparándose para ser sacerdotes. Y creo que se está formando también una rama de religiosas: sé que algunas chicas han encontrado aquí su vocación.

Tienen una página web, aunque debe ser muy muy primitiva.
Miquel, si vuelves a pasar por Vigo, tienes un ratito y te interesa conocerlos, aunque sea por curiosidad o para no pensar en lo triste que es Vigo, te digo que hay tres herbolarios allí donde trabajan personas del grupo, que estrán encantadas de contarte sus "andanzas". Creo que se llaman "herbolario San Miguel", o algo muy parecido; uno está en el barrio del Calvario; otro, cerca de la Gran Vía a altura media. Además, venden allí unos discos con canciones que han compuesto e interpretado ellos y que, te aseguro, tanto por las canciones en sí mismas como por las voces y la forma en que las cantan.. son una preciosidad.
(Si hay manera de pasarte alguna a través de esta página, y te gustaría oírlas, dímelo, por favor,y te las paso).

Por lo demás, espero que tu hermana, que va a estar allí más tiempo, esté más contenta con la ciudad y con la gente de allá! Y que tenga ánimo, mucho ánimo. En Vigo, es verdad, a veces hace falta!!